La Comisión participa en las negociaciones finales sobre el Tratado Mundial sobre los Plásticos (INC-5) hasta el 1 de diciembre en Busan (Corea del Sur), con el objetivo de alcanzar un acuerdo sobre un instrumento mundial que haga frente a la contaminación por plásticos.
Junto con los socios del G20, la UE mantiene su compromiso de concluir las negociaciones y comprometerse con otras partes para lograr la conclusión del tratado a finales de año.
Para la UE, el nuevo tratado debe abordar los efectos adversos de la contaminación por plásticos en el medio ambiente y la salud humana. En su informe Perspectivas mundiales sobre los plásticos a partir de 2022, la OCDE señala que las fugas de plásticos al medio ambiente se duplicarán hasta alcanzar los 44 millones de toneladas (Mt) anuales, lo que agravará los efectos sobre el medio ambiente y la salud.
También se prevé que las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de la producción y el uso de plásticos se dupliquen con creces hasta alcanzar las 4,3 gigatoneladas (Gt) de CO2e. Esto debe abordarse cerrando el grifo.
La UE propone requisitos para que los países aborden los altos e insostenibles niveles de producción de polímeros plásticos primarios, apoyados por obligaciones para mejorar la circularidad de la industria del plástico.
La UE hace un firme llamamiento a los líderes mundiales para que converjan en torno a una estructura en el nuevo instrumento que aborde la producción de plástico de forma integral. Debe incluir normas sobre la eliminación de sustancias químicas preocupantes en los plásticos, prohibiciones y eliminación progresiva de productos problemáticos, como determinados productos de plástico de un solo uso.