Número 614: El ozono troposférico (O3) es un contaminante atmosférico nocivo que puede desplazarse grandes distancias desde su fuente. Una nueva investigación ha calculado que el 56,7% de las muertes atribuidas a este contaminante atmosférico en Europa se deben al O3 transportado desde fuera de la región
El ozono se forma en el nivel de la atmósfera más cercano a la Tierra (troposfera) a partir de la reacción de la luz solar con gases como los óxidos de nitrógeno y los compuestos orgánicos volátiles. Aunque su presencia en las capas superiores de la atmósfera puede ser protectora, la presencia de O3 a nivel del suelo afecta negativamente a la salud humana, la vegetación y los ecosistemas de toda Europa.
Los niveles elevados se observan durante la estación cálida y pueden causar una serie de problemas respiratorios, como exacerbación del asma, disminución de la función pulmonar e infecciones. Es probable que el calentamiento climático refuerce en el futuro las condiciones propicias para la formación de O3 troposférico, ya que los mecanismos fotoquímicos de formación de O3 se ven favorecidos durante las olas de calor y los periodos de alta radiación solar.
La Unión Europea (UE) ha fijado un límite de niveles de ozono de 120 microgramos por metro cúbico (µg/m3) para la media octohoraria diaria máxima, mientras que la directriz recomendada por la OMS es de 100 µg/m3 por media octohoraria. La directiva revisada de la UE sobre calidad del aire ambiente, que entró en vigor en diciembre de 2024, incluye el límite de 100 µg/m3 como objetivo a largo plazo para 2050.