A pesar de que se sabe que las prácticas agrícolas ponen en peligro la calidad de las fuentes de agua potable, los agricultores son reticentes a modernizarlas. Basándose en la comprensión de los temores legítimos de estos, FAirWAY presentó medidas para favorecer mejor un cambio radical.
El proyecto determinó que adaptar los abonos nitrogenados a las necesidades de cada cultivo y el uso de cultivos intermedios para detener el desperdicio de nitrógeno, eran medidas prometedoras para reducir la filtración de nitrógeno en las aguas subterráneas y las emisiones de nitrógeno gaseoso a la atmósfera. De hecho, mediante el uso del modelo MITERRA-EUROPE, calcularon que la filtración y la escorrentía de nitrógeno podrían reducirse más de un 20 % en muchas zonas de la Unión Europea (UE) adoptando estas técnicas.