La Comisión ha adoptado la Estrategia europea de resiliencia hídrica, cuyo objetivo es restaurar y proteger el ciclo del agua, garantizar agua limpia y asequible para todos y crear una economía del agua sostenible, resiliente, inteligente y competitiva en Europa.

Esta estrategia global ayudará a los Estados miembros a gestionar el agua de manera más eficiente, mediante la aplicación de la legislación vigente de la UE en materia de aguas y a través de más de treinta acciones. Los Estados miembros, las regiones y los municipios, pero también los ciudadanos y las empresas, son los agentes clave de la resiliencia hídrica.

El agua es fundamental para nuestra existencia, pero hoy en día ya no es algo que podemos tomar por sentado. Europa se ha visto afectada por fenómenos meteorológicos extremos, como inundaciones catastróficas, sequías prolongadas e incendios forestales. Con el aumento de los efectos del cambio climático, esta situación no hará sino empeorar. Ningún país o región se libra. Es algo que afecta por igual a ciudadanos, agricultores, el medio ambiente y las empresas, con repercusiones en la salud, la interrupción del suministro de energía, alimentos y agua potable y crecientes pérdidas económicas en toda la UE. Cinco de los diez principales riesgos a nivel mundial para las empresas están relacionados con el agua.

Hoy en día, la resiliencia hídrica y la gestión sostenible del agua deben ocupar un lugar central en nuestra agenda para mejorar la seguridad de la UE en consonancia con los escenarios climáticos, hacer que nuestras empresas sean más competitivas e innovadoras y que Europa sea más atractiva para las inversiones. Es una oportunidad para las empresas e investigadores europeos, que están bien situados para abrir camino, ya que representan el 40% de las patentes de tecnologías del agua en todo el mundo.

La presidenta Ursula von der Leyen ha declarado: «El agua es vida. La resiliencia hídrica es clave para nuestros ciudadanos, agricultores, medio ambiente y empresas. La Estrategia de resiliencia hídrica de la Comisión traza el camino hacia una economía del agua sostenible, resiliente, inteligente y competitiva. Debemos actuar ahora para proteger este escaso recurso».

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